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John Phillip Law. Apuntes filmográficos.

John phillip Law, hijo y hermano de actores, estudia con Elia Kazan en el Lincoln Center Repertory, donde consigue participar de secundario en algunas producciones hollywoodienses de la época, como Qué vienen los Rusos de Norman Jewison, interpretando a un submarinista soviético, y La Noche Deseada de Otto preminger, donde coincidirá por primera vez con Jane Fonda, para trasladarse después a Europa para participar en el spaghetti western De hombre a hombre de Giulio petroni.

Publicado: 16/05/2008

Será, precisamente, Jane Fonda su partenaire en una de sus siguientes películas, Barbarella de Roger Vadim, donde asume un rol protagonista, convertido en un ángel alado y ciego, de mirada penetrante y cierto aura trascendente, teñido de rubio y vestido con un taparrabos blanco, atrezzo imprescindible para convertirle en cómplice y amante de Barbarella, la guardiana del espacio adicta al sexo y a Paco Rabanne, en la película más psicotrónica de la década.

Su mirada indescifrable será también protagonista en el mismo año de Diabolik, un comic cinematografiado de Mario Bava, deudor, como la película antes citada, de la década de los sesenta y sus excesos naif. John Phillip Law interpreta a un ladrón enmascarado, una mezcla de Lupin y Robin Hood embebido de esencias sádicas, casi maliciosas, en compañía de la dulce pero no menos perversa, Maria Smell, reclamo sexual de una cinta que terminaría de encumbrar sus curvas ad eternum.

John Phillip Law se convierte, pues, en una suerte de galán turbado, de pose adusta y misteriosa, un extraño cruce entre Terence Stamp y Alain Delon, antes de afrontar alguno de sus papeles más importantes de su carrera, no así los más conocidos: el Miguel Strogoff de El Correo del Zar y, sobretodo, el del Oficial germano Von Richthofen de El Barón Rojo, una de las producciones más ambiciosas de Roger Corman. Ambos personajes anteceden a una de sus escasas incursiones en el género melodramático: The Love Machine, adaptación de la polémica novela de Jacqueline Susann que, contradictoriamente, no es muy bien recibida por la crítica.

Tras curtirse, años atrás, en los polvorientos paisajes del western europeo, junto a actores de la talla de Lee Van Cleeft, vuelve a Italia para co-protagonizar la comedia de Alberto Sordi, Esa rubia es mía, al lado de Monica Vitti, una cinta de gran éxito en el país transalpino, que incide en el arquetipo de aires enigmáticos atribuible a Law, aunque en su versión más cómica. Su último protagonista destacable resultará uno de sus papeles más recordados gracias a Gordon Hessler pero sobretodo a Ray Harryhausen, del todo punto empeñado en revitalizar una franquicia, la de Simbad, que ya a mediados de la década de los setenta ofrece claros síntomas de desgaste. John Phillip Law compone un personaje inolvidable en El viaje fantástico de Simbad: cínico, apuesto, duro, más próximo a un héroe mitológico que al marino laxo interpretado con anterioridad por Kervin Matthews. Le acompaña esta vez Caroline Munro, antes de ser chica Bond. La película supone un relativo éxito que no logrará, sin embargo, reimpulsar la carrera de su protagonista, que acabará empujado hacia roles cada vez más secundarios, casi siempre en Europa, por ejemplo en algunas películas de Peter Collinson como Los Cazadores, La escalera de Caracol o Los tigres no lloran. Al final de la década de los setenta, aparecerá en El puente de Cassandra (una inteligente actualización del cine de catástrofes dirigida por George Pan Cosmatos), y en Tarzán, El Hombre-Mono, un delirio erotico-selvático pergeñado por el matrimonio Derek y donde John Phillis Law asume el rol de Harry Holt, el mismo que interpretara Neil Hamilton en los años treinta.

La década de los ochenta le condena al ostracismo, en papeles secundarios de producciones cada vez más desconocidas, carne de cañón de videoclub, por ende, y en un par de series de la televisión italiana. De vuelta a Los Ángeles, participa en el interminable culebrón "The young and the Restless", y en otras producciones menores, quedando su trayectoria olvidada en el fragor de una carrera, que vivió en las décadas de los sesenta y setenta sus puntos más álgidos.

Vuelve a la actualidad, esta vez literaria, con la forma de un personaje de novela en “Nueve colores sangre la luna” de Carlos Aguilar, amigo personal del actor quien, como respuesta, acabaría escribiendo el prólogo del libro "La Espada Mágica" del propio Aguilar, una evocación panegírica del heroic-fantasy de texturas clásicas, aquel que encumbrara en su tiempo al personaje de Sinbad y a uno de sus intérpretes más populares. Ahora ocupante de esa cima poblada de nostálgicos y de otros inmortales; el lugar donde se ubica el rostro de John Phillip Law. Desde ayer mismo eterno, igual que el Cine.

J. P. Bango (http://bango.blogia.com - El cronicón cinéfilo).

horus en 04/08/2008

Gran articulo para un gran actor,desgraciadamente ya fallecido.

Miguel Lago en 28/05/2008

Aprovecho esta ocasión para dar el pésame a Carlos Aguilar por la muerte de John Phillip Law. Aguilar es uno de mis escritores preferidos, y el homenaje que le hizo a Law en "Nueve colores sangra la luna" es fantástico en todos los sentidos. Admiramos a Aguilar y jamás olvidaremos a Law.

la diabolika en 25/05/2008

esto si q es un tributo en toda regla, que articulo mas emocionante. Diabolik ha sido siempre una de mis peliculas favoritas y John era un actor de una pieza. descanse en paz!

Carlos Aguilar en 17/05/2008

Estupendo artículo sobre una estupenda persona. Enhorabuena, y muchas gracias por aludir a la amistad que me unió con John.

David "SéptimoVicio" en 16/05/2008

Un artículo tan emocionante como la trayectoria del actor al que se rinde tributo. No podrías haber escrito mejor obituario.

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