"The other bank" y "$ 9.99" eleven el listón de la sección oficial

Publicado: 17/06/2009

La cuarta jornada de Cines del Sur se saldó ayer con la participación en competición oficial de dos cintas diametralmente opuestas en lo que se refiere a intenciones y forma, pero que recibieron unánimemente el aplauso y los elogios de prensa y público.

El director georgiano George Ovashvili presentó su debut “The other bank” acompañado durante la rueda de prensa por su pequeño protagonista, Tedo, una joven promesa que ha conquistado a la crítica. Todo gracias a una película emotiva y sensible en la que el trasfondo de la guerra aparece reflejado en el rostro de un niño.

Tedo vive traumatizado por los avatares de la historia de su región, la cual lo condenó a la ausencia de una figura paterna. Pero descubrir a su madre Keto acostándose con otro hombre lo fuerza a huir. Ésta es la razón que le impulsa a recorrer Georgia para ir hasta Abjasia (una república dentro de la región) en busca de su progenitor. Su corta edad no le impedirá sufrir el odio y las injusticias de un enfrentamiento absurdo que comenzaba con la disgregación de la Unión Soviética y llega hasta nuestros días. “Mi intención no era profundizar en lecturas políticas ni pronunciarme sobre quién tenía la razón en este conflicto. Yo sólo quería contar la historia de un niño que padece las inclemencias de la memoria”, aseguraba el cineasta.

La mayor contrariedad a la que tuvo que enfrentarse Ovashvili fue la toma de decisión para escoger a su intérprete principal. No le apetecía trabajar con alguien famoso y conocido por el público, se trataba de encontrar a un ser verdaderamente humano. “Estuve escudriñando al protagonista durante mucho tiempo, probamos a unos 1000 niños georgianos, nos encontramos con muchos candidatos, pero ninguno era tan bueno como Tedo “ comentaba. Y precisamente es él el que soporta todo el peso del film. Sin experiencia previa y totalmente ajeno al mundo del cine es capaz de impresionar al más insensible de los espectadores. “Para mí era muy complicado rodar, no sabía lo que querían. Al principio pensaba que todo lo hacía mal, pero cuando el director comenzó a elogiarme me animé, y cada vez lo hacía mejor para complacerlo”, explicaba el novato actor.

Por otra parte, el hasta ahora cortometrajista lo tuvo bastante fácil para enfrascarse en este proyecto ya que el coproductor, oriundo de Kazajistan, respetó todas sus decisiones. Le preguntaba por sus sueños, por los profesionales con los que quería contar. Así, pese a que el dinero era escaso, se respetó la integridad del artista.

A medio camino entre los rasgos genéricos del protoindie norteamericano (de Robert Altman a Paul Thomas Anderson pasando por los tópicos, incluso musicales, del actual Sundance) y la animación underground de tradición europea (pienso en la irreverente "Crapston Villas"), "$ 9.99", la ópera prima de la israelí Tatia Rosenthal, se apropia de la inmediatez y la acidez de la obra del escritor Etgar Keret para edificar una cálida tragicomedia colectiva colmada de humor negro, melancólica ironía y emociones encontradas.

Un drama coral sobre la búsqueda de nuestro lugar en el mundo y los despropósitos que marcan nuestras relaciones cotidianas constituido a partir de los trazos vitales de una admirable galería de personajes cuyos caminos se entrecruzan en un Tel Aviv eminentemente actual.

Desde un padre abandonado por su esposa que se resigna ante la incipiente obsesión de su hijo por los libros de autoayuda, hasta una modelo anoréxica de insólitas inquietudes estéticas que tiene prohibido acudir al psiquiatra según las cláusulas de su contrato, los peculiares residentes de este vecindario se aferran a sus dudas y temores acerca de la infelicidad, la soledad o la caducidad del amor. Pero todos en torno a una respuesta que no parecen alcanzar y que curiosamente un niño inocente se atreve a formular: como su cerdo en forma de hucha, que reciba o no una nueva moneda sonríe con la misma intensidad, la vida es un vaivén de alegrías y tristezas que debemos asumir, conscientes de la necesidad de disfrutar de los momentos luminosos y aceptar los días oscuros. Una deliciosa genialidad en stop motion.

MJL/DL